Generosidad en tiempos difíciles

En estos tiempos de aguda crisis económica que sufrimos, resulta difícil encontrar ejemplos de generosidad para con los demás. Hoy os presento uno de esos ejemplos. Quiero hablaros de una idea brillante y de unos idealistas que la pusieron en práctica, y que desde hace varios años están,  literalmente, dando de comer al hambriento.

En One World Cafe, un pequeño restaurante de Salt Lake City, Utah, no hay precios fijos por la comida. Simplemente, cada uno paga lo que puede o lo que cree que es justo. El pago es voluntario, y para ello se confía en la honestidad de los clientes. De hecho, si alguien no paga por la comida, nadie va a salir persiguiéndole ni va a llamar a la policía. Hay incluso quienes se pagan el derecho a comida trabajando como voluntarios en la cocina, ya sea fregando platos o barriendo el suelo. La clientela de One World Cafe es de lo más variopinta: desde sin techo a estudiantes, pasando por hombres de negocios, oficinistas, turistas... en definitiva es gente de todo tipo la que acude a comer allí.

Foto de Doug Mayor para The Wall Street Journal
Al restaurante no le faltan clientes, por varios motivos: por un lado, hay mucha gente que prefiere ir allí y pagar un precio razonable, porque sabe que su contribución ayuda a alimentar a otros menos afortunados. Y por otro, la comida es fantástica. One World Cafe utiliza productos frescos, orgánicos y preferentemente locales, con lo cual ayuda a la economía local, comprando la carne, los huevos y las frutas y verduras a granjeros de la zona. Con ello, se reducen los gastos y se garantiza la frescura de los alimentos.
El restaurante funciona al estilo de una cafetería universitaria, en que cada cliente pasa por la barra con una bandeja, escoge lo que desea comer y en la cantidad que desee, y paga al llegar al final de la barra. No hay servicio de camareros, con lo cual también se ahorra en gastos de funcionamiento.

Se trata de una idea simple que, sorprendentemente, funciona. Y a pesar del escepticismo de muchos, lo que podría parecer una idea abocada al fracaso se ha convertido en realidad en un gran éxito. Tanto es así que incluso ha cundido el ejemplo, y ya han surgido varios restaurantes en otros estados, como Washington, Colorado, New Jersey y Texas, que están siguiendo este modelo. En New Jersey, por ejemplo, está A Better World Cafe.

Foto del blog Green Talk.


Los ejemplos de One World Cafe y A Better World Cafe nos ayudan a recuperar la fe en el ser humano, y a dejar de lado el cinismo con el que a veces miramos a nuestro alrededor. One World funciona porque por cada persona que se va sin pagar, hay cinco que pagan de más para ayudar al prójimo. Afortunadamente, aún es posible creer en la solidaridad. Así que ya lo sabéis: si visitáis Salt Lake City o alguna otra ciudad donde haya un restaurante de este tipo, no dejéis pasar la oportunidad de comer allí. Además de comer de maravilla, habréis ayudado a saciar el hambre de alguien menos afortunado que vosotros.

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